Sobrevivir a la crisis

El inmobiliario sigue siendo el sector más atractivo para la inversión

Es innegable que se avecinan vacas flacas en el global de la economía española, incluso mundial. Pese a la incertidumbre reinante, ya nadie duda de las graves consecuencias económicas que el COVId-19 va a acarrear a nuestras finanzas. La incógnita está en el alcance de esta crisis, la profundidad y la extensión. Pero para pronosticar el futuro, primero hay que entender el pasado.

Antes del COVID-19

Antes de la eclosión de la crisis sanitaria, el sector inmobiliario se encontraba en un punto de impase. Algunos expertos incluso afirman que vivíamos en una crisis encubierta. Sea como fuere, lo que es seguro es que el sector había empezado a ralentizar su crecimiento, sobre todo a causa de la fuerte competencia y la progresiva subida de los precios. Aún así, el inmobiliario gozaba de buena salud, gracias a la alta liquidez, la falta de alternativas sugerentes de inversión y nuestro diferencial de crecimiento respecto a Europa. Precisamente estos factores pueden ser claves para el devenir del sector del retail.

Proyección

Todo apunta a que la liquidez continuará a corto plazo, sobre todo gracias a los nuevos fondos inmobiliarios levantados en los últimos años, y también a consecuencia de las políticas monetarias expansivas anunciadas por los principales bancos centrales. Además, otro factor a favor del sector inmobiliario es que las alternativas de inversión no se presentan ni la mitad de atractivas que las garantías que ofrece el sector del ladrillo. La alta volatilidad del mercado y la importante reducción de los tipos de interés, hacen que el sector siga gozando de un gran atractivo. Otro aspecto positivo a tener en cuenta, es la capacidad de recuperación de nuestro país frente al resto de países europeos. Una facultad que ha ido mejorando respecto a la anterior crisis. La flexibilización del mercado laboral con los ERTE han sido determinantes para lograr esta capacidad de reacción de la economía española.

Por otro lado, también hay que tener en consideración que, frente a la nueva situación generada por el Coronavirus, muchos vendedores estarán dispuestos a bajar precios y eso provocará, a su vez, que la inversión vuelva al sector inmobiliario.

Una crisis distinta dependiendo del subsector

Parece evidente que los comercios y el sector hotelero serán los más damnificados por la inminente crisis financiera que se avecina. También el sector de la construcción puede estar en el punto de mira, aunque este segmento aún es una incógnita.

Es muy que probable que sigamos durante un largo periodo con restricciones en lo que se refiere a la movilidad entre países. Además, el miedo a un rebrote del virus y a contagiarse en un país extranjero limitará, sobre manera, el turismo. Los hoteles urbanos ya han notado las pérdidas de uno de sus meses más prolíficos, mientras que se esperan perdidas similares en los hoteles vacacionales. Se prevé que los hoteles turísticos se recuperaran el próximo año, consiguiendo niveles similares a los alcanzados antes del COVID-19. Respecto a los comercios, su recuperación puede ser algo más ligera, sobre todo por las ganas de recuperar la experiencia de compra presencial de la población. Una experiencia que le ha sido arrebatada durante todo el tiempo de confinamiento.

Promoción residencial

La profundidad de la destrucción de empleos y la incertidumbre económica que la situación genere en los compradores determinará la disminución de la demanda. En el mejor de los casos, si la destrucción de empleos es temporal, cabe esperar un escenario de 6 a 12 meses de bajas ventas y de rebajas en los precios, hasta recuperar la confianza y ahorros perdidos. Por otro lado, la evolución de los costes vendrá determinada por el retraso de los procesos de obtención de licencias urbanísticas y de la adopción o no de medidas de prevención en las obras. Sea como sea, las empresas constructoras se hayan en un momento muy delicado. La aplicación de ERTE y la paralización de las obras podría suavizar, un poco, el daño.

Por segmentos

Las oficinas, segmento que antes de la crisis despuntaba sobre manera, se enfrentará a ciertas tensiones de precios y su ocupación no disminuirá muy significativamente, por bien que algunas empresas empiecen a contemplar el teletrabajo como una alternativa eficaz y económica. Respecto al sector logístico, es uno de los menos dañados por la crisis actual, pero la falta de actividad en puertos y aeropuertos está dificultando el crecimiento del sector. Por lo que respecta al alquiler residencial, algunos expertos apuntan que se trata del sector más resiliente a la crisis, a causa de la fuerte demanda y la falta de oferta.

¿Cómo encara la crisis?

Antes que nada es necesario hacer una evaluación y control de la salud financiera de cada segmento. Especialmente en aquellos sectores dónde la crisis haya sido más dañina, como el hotelero. De su lado, en el sector del retail es vital que, tanto operadores como propietarios, fortalezcan los canales de ventas online, para no depender de la apertura de las tiendas. Respecto a la promición residencial, se deberá adaptar al nuevo mercado, elaborando estrategias de negocio que den salida a suelos en cartera (proyectos llave en mano para fondos o apostar por el alquiler). Además, también tendrán que optimizar los costes fijos.

En definitiva, es importante proyectarse frente al peor escenario posible para tener capacidad de reacción. Si logramos anticiparnos a la crisis y tomar las medidas aconsejadas, es probable que la actividad inversora en España se reanude con prontitud, aunque con unos precios más accesibles.

Origen: Inmoacademy

Publicado por: Immovila

La ciberdelincuencia aflora en el Estado de alarma

El aumento del uso de Internet, así como el aumento de ciudadanos que se ven obligados a trabajar desde casa son el caldo de cultivo ideal para los ciberataques

Si ya alertábamos, antes de la irrupción de la crisis sanitaria ocasionada por el Coronavirus, de un notable auge de las estafas online en el sector inmobiliario. Hoy, y en medio del Estado de alarma decretado por el Gobierno el pasado 13 de marzo, la ciberamenaza es aún mayor y afecta a cualquier ámbito. Es más, en las últimas semanas se ha producido un aumento de los ataques informáticos como consecuencia de la extensión del teletrabajo. Según la herramienta de visualización de ataques en tempo real propiedad de la consultora Akamai, el pasado 1 de abril a las 12 am había 217.706 hackers online activos. De su lado, desde el Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe) afirman que el aislamiento obligado de la población a disparado el uso particular, cosa que aumenta sobre manera el riesgo a sufrir un delito informático. En esta línea, desde la organización han puesto en marcha una campaña, bajo el lema #Ciber-COVID19, con el objetivo de ayudar a los ciudadanos y a las empresas a mejorar su ciberseguridad. En esta iniciativa pueden encontrar herramientas para mejorar la protección de datos y ayudas para poder teletrabajar de forma segura.

Tipos de estafa

Las amenazas detectadas por la Oficina de Seguridad del Internauta como por Incibe, son tan extensas como dispares. Se trata de estafas cuyo objetivo es desinformar o robar información (datos personales o bancarios). Otro modo de estafar es mediante un malware y pidiendo compensación económica. Los ciberdelincuentes se sirven de la situación pandémica para llevar a cabo estafas ya existentes adaptadas a la situación actual. Por ejemplo, se han detectado muchas apps o webs falsas que prometen un diagnóstico del virus, otras que se venden como un mapa para seguir la evolución del Coronavirus que, incluso puede tener como remitente una entidad bancaria. Por otro lado, Kaspersky (empresa de ciberseguridad) ha detectado un troyano bancario de nombre Ginp que usa el Covis-19 como cebo, solicitando dinero a cambio de información sobre las personas más próximas que tienen la infección. El 83% de las víctimas de esta ciberestafa son de nuestro país, y es que mucha gente se confía, ya que en un principio solo piden 0,75, pero al introducir los datos bancarios, los ciberdelincuentes se quedan con todo.

Muchas empresas desprotegidas

El Estado de alarma ha obligado a las empresas ha adaptarse al trabajo en remoto con urgencia e improvisación. Esta falta de previsión se ha traducido en falta de precaución y muchas empresas, además de particulares, se hayan desprotegidos frente a las grandes amenazas de Internet. Por poner un ejemplo, y según un estudio de Google, el 67% de las pymes españolas carecen de protocolos de ciberseguridad. Desde las aseguradoras alertan que muchas empresas afrontan esta situación sin tener hechos los deberes, y están trabajando con sistemas totalmente desfasados, lo que las coloca en una situación de vulnerabilidad mayor frente al ciberataque.

Recomendaciones para paliar riesgos

Lo ideal es que los trabajadores que se ven obligados a trabajar desde casa lo hagan con los equipos y dispositivos proporcionados por la empresa. En caso de tener que usar al personal, siempre utilizar el mismo y preguntar al departamento de tecnología, cuál es la mejor manera de proceder. No hace falta mencionar la importancia que tiene tener un buen antivirus. Pero cabe destacar, que también es importante seguir las actualizaciones del antivirus y preguntar a expertos cual es la mejor opción. Por otro lado, hay que tener cura de acceder únicamente a páginas seguras, que son aquellas que utilizan el protocolo https (garantizan que es un sitio de confianza y disponen de tres capas de seguridad). También se recomienda no conectarse a ninguna wifi pública gratuita, ya que suelen ser más vulnerables. Además, es recomendable cambiar las contraseñas con cierta frecuencia. Asimismo, se aconseja utilizar la conexión VPN, que te permite acceder a los servidores de trabajo de forma segura. Hacer copias de seguridad es la mejor manera de evitar que la información se pierda. Además, y frente a la principal amenaza online que no es otro que el phishing (hackers que se hacen pasar por fuentes fiables como bancos o empresas), se recomiendo no abrir correos sospechosos. Finalmente, los expertos insisten en que siempre que sea posible es preferible utilizar la nube corporativa para almacenar la información.

Origen: Inmoacademy

Publicado por: Immovila